LA ENFERMEDAD DE CHAGAS

 
 

  La enfermedad de Chagas está considerada como una de las 14 enfermedades tropicales desatendidas u olvidadas. Según la OMS estas enfermedades constituyen un obstáculo considerable a las comunidades humanas y al desarrollo socioeconómico de comunidades ya empobrecidas.

  La Enfermedad de Chagas o Tripanosomiasis Americana fue descubierta en 1909 por el Dr. Carlos Chagas, y es endémica en comunidades rurales pobres en Nicaragua en donde constituye un serio problema de salud pública. Se estima que unos 230 a 460 personas miembros de familias indígenas están infectadas con el parásito, de los cuales unos 120 a 150 tienen o tendrán alguna manifestación clínica de la forma crónica determinada.

  Esta parasitosis es causada por el protozoo Trypanosoma cruzi y es transmitida a los seres humanos por triatominos hematófagos (T. curzi, T. infestans, etc). En Nicaragua se conocen como vinchuca o chinche picuda. El insecto, al picar a la persona, defeca y con estas heces transmite el parásito. También se trasmite por vía congénita (madre infectada al feto), por trasfusiones sanguíneas y por ingesta de carne contaminada mal cocinada. El insecto que transmite esta enfermedad puede convertirse en vector si pica a una persona o animal  que tenga la infección, y así adquirir la capacidad de seguir propagando este parásito.

  Las vinchucas viven en las rendijas de las paredes, en agujeros y en zonas de acúmulo de ropa o materiales. Pican generalmente por la noche. La persona, a menudo dormida, se frota las picaduras, introduciendo accidentalmente las heces en la herida, un corte abierto, los ojos o la boca.

  En el hombre, la enfermedad presenta tres estados: la fase aguda, poco después de la picadura, la fase indeterminada y la fase crónica que puede desarrollarse incluso pasados diez o más años.

VIDEO enfermedad de Chagas

  En la fase aguda, un nódulo cutáneo local puede aparecer en el sitio de la picadura.

  La fase indeterminada suele ser asintomática, pero pueden presentarse fiebre, anorexia, etc. Algunos casos agudos (10 a 20%) se resuelven en un periodo de dos a tres meses dando lugar a una fase crónica asintomática ahora llamada fase indeterminada. Se caracteriza por la persistencia de la infección sin presentar problemas clínicos para reaparecer sólo varios años más tarde.

  La fase crónica es sintomática y puede aparecer años  (15-20 años) después de la infección inicial. La enfermedad afecta al sistema nervioso, al sistema digestivo y al corazón. Después de pasar varios años en un estado asintomático, 27% de aquellos infectados desarrollarán daños cardíacos, 6% tendrán daños digestivos y un 3% presentarán con trastornos del sistema nervioso. Sin tratamiento, la enfermedad de Chagas puede ser mortal, por lo general debido a miocardiopatías.

  El Chagas también puede transmitirse por transfusiones de sangre, de madres a hijos durante el embarazo y, con menos frecuencia, a través de transplantes de órganos o por la ingesta de alimentos contaminados. No se transmite por contacto directo con personas infectadas.

  Debido a que la enfermedad de Chagas afecta principalmente a las poblaciones  pobres que viven en zonas postergadas, el impacto y la magnitud del problema habían sido ignorados hasta años recientes. Entre los problemas principales asociados con la enfermedad de Chagas podemos enumerar los siguientes:

  Discapacidad temprana por insuficiencia cardiaca congestiva: se considera que la enfermedad es la primera causa de ICC (insuficiencia cardiaca congestiva) en población económicamente activa (PEA). El impacto socio económico de la enfermedad se ve reflejado en el estudio del Banco Mundial, en el que se refiere que la enfermedad de Chagas ocupa el primer lugar en América Latina en Años de Vida Perdida por Discapacidad.
Alta tasa de muerte súbita: la presencia de lesiones en el sistema conductivo cardíaco y la presencia de focos cicatrízales en el tejido del corazón que favorecen la aparición de arritmias.

Aumento de costos en los servicios de salud.

  La problemática de Chagas es multicausal y entre los factores condicionantes se destacan los siguientes:

1. Alta densidad vectorial: en Nicaragua, T. dimidiata y R. prolixus se encuentran principalmente en un rango de altitud que oscila desde los 600 metros a los 1,600 metros sobre el nivel del mar. T. dimidiata es un vector autóctono que habita en todos los países del istmo centroamericano; el hábitat natural son las cuevas y otros sitios de refugio sombreados.

2. Hábitos y costumbres inadecuadas: la falta de educación sobre la enfermedad sumada a una cultura que favorece la colonización domiciliaria del vector y una falta de recursos financieros para mejoramiento de la vivienda, son factores claves en la perpetuación de la problemática. En áreas donde se ha documentado la presencia de R. prolixus, existe un uso frecuente de material vegetal en la construcción de techos de vivienda tanto en grupos indígenas como en el campesinado.

  En zonas indígenas más del 50% de  viviendas tienen material vegetal en sus techos. En el caso de T. dimidiata, la construcción de paredes con bahareque forradas de tierra, paredes de adobe sin repellar, el piso de tierra, y el acumulo de materiales en el ámbito doméstico/peri-doméstico son elementos claves para la colonización domiciliaria de este vector.

3. Número creciente de personas infectadas viviendo en zonas endémicas y no endémicas: La falta crónica de recursos económicos y humanos ha imposibilitado la generación de una respuesta integrada.

4.  La deforestación ha favorecido el cambio de hábitat de estos vectores.

  El Chagas permanece en un estado silencioso y aún silenciado, sumándose así a la lista de otras enfermedades olvidadas (como el dengue y la malaria). Una enfermedad de países y de regiones pobres para las que no hay más que dos medicamentos, los mismos desde hace cuarenta años, y la expectativa sombría de no contar con ellos porque ya no se producen ni se investiga los suficiente en nuevos métodos de diagnóstico y tratamiento.

  Actualmente sólo existen dos medicamentos para combatir el Chagas: el benznidazol y el nifurtimox. Ambos fueron desarrollados hace más de 35 años. Hoy en día, ninguno de los dos está adaptado para uso pediátrico ni en mujeres embarazadas. Las tasas de curación alcanzan casi el 100% en recién nacidos y lactantes. Sin embargo, en niños mayores, adolescentes y adultos sólo rondan el 60% ó 70% y pueden tener múltiples efectos secundarios, por lo que deben tomarse bajo supervisión médica. Esto implica hacer un seguimiento semanal por parte de personal sanitario formado. Los efectos secundarios y la larga duración del tratamiento provocan, en muchos casos, el abandono del tratamiento.

  Las dos empresas farmacéuticas que fabricaban estos medicamentos dejaron de hacerlo debido a la pobreza de los afectados, lo que produce que disminuya la rentabilidad de su producción.

  Pero el problema de Chagas no es sólo un problema de acceso a medicamentos. En el terreno no se ven las cosas tan simples, Además del medicamento, el Chagas tiene que ver directamente con la pobreza, con los hábitos de vida, con el desconocimiento no solamente de las personas que padecen la enfermedad, sino de las autoridades, del personal que lo trata, de los políticos. De la falta de condiciones merecedoras para vivir con dignidad, donde las viviendas sean construidas con materiales que eviten la inoculación de la larva del chinche del Chagas.

 
 
 
 
 
 
 

VIDEO
enfermedad de Chagas

 
Signo de Romaña
 
 
 
 
 
 
 
 
 
s
Actualizado: 1 de Abril del 2013